Que es upskilling y Reskilling y porque son clave en la gestión del talento

El upskilling y el reskilling son dos enfoques importantes en la gestión del talento que se utilizan para desarrollar y mejorar las habilidades de los empleados. Aquí te explico en qué consisten:

Upskilling: El upskilling implica proporcionar a los empleados las habilidades adicionales necesarias para desempeñar nuevas tareas o asumir roles más avanzados dentro de la organización. Con el rápido avance de la tecnología y los cambios en el mercado laboral, es fundamental mantener a los empleados actualizados en cuanto a conocimientos y habilidades. El upskilling se centra en desarrollar habilidades complementarias o nuevas que permitan a los empleados adaptarse a los cambios y cumplir con los nuevos requisitos emergentes.

Por ejemplo, si una empresa está adoptando nuevas tecnologías, puede ofrecer programas de formación en habilidades digitales a sus empleados para mejorar su capacidad de utilizar esas herramientas y adaptarse a los nuevos procesos de trabajo.

Reskilling: El reskilling implica capacitar a los empleados en un conjunto completamente nuevo de habilidades para que puedan asumir roles diferentes dentro de la organización. En lugar de simplemente mejorar las habilidades existentes; el reskilling implica una transformación más significativa del conjunto de habilidades de un empleado. Esta práctica es especialmente relevante cuando las habilidades actuales de los empleados están en riesgo de volverse obsoletas debido a cambios tecnológicos o cambios en las necesidades del mercado.

Por ejemplo, si una empresa decide automatizar ciertas tareas, puede ofrecer programas de reskilling a los empleados cuyas funciones se verán afectadas, brindándoles la oportunidad de adquirir habilidades en áreas emergentes dentro de la organización, en lugar de despedir a sus empleados.

Tanto el upskilling como el reskilling son importantes para la gestión del talento, ya que permiten a las organizaciones darles a sus empleados la oportunidad de desarrollarse, crecer, adaptarse a los cambios del entorno empresarial y fomentar la movilidad interna. Al invertir en el desarrollo de habilidades, las organizaciones pueden crear una fuerza laboral más ágil, competente y motivada, lo que mejora su capacidad para enfrentar los desafíos futuros.